POV Nicole
Después de dos días regrese a la Madriguera, pero
aún seguía como aturdida, me sentía rara y eso lo noto también Diane, y digo
también porque mi hermano y mis demás amigos se han dado cuenta de que me pasa
algo.
Pero bueno, después de que Malfoy prácticamente
saliera de mi habitación y de la mansión como si fuera un ladrón, yo me metí al
baño y me duche como por una hora tratando de olvidar todo lo que paso en la
noche, pero por más que refregara mi cuerpo con la esponja, aun sentía las
manos de Malfoy acariciar mi cuerpo.
Como pude llegar tan lejos, y con Malfoy, me
recriminaba.
Cuando salí de la ducha, me encontré con Diane,
estaba preocupada por mí porque no había visto en todo el resto de la noche, y
no había podido venir en enseguida a verme porque sus padres y los demás
invitados no la dejaban sola mucho tiempo.
Qué bueno, pensé con alivio. Porque si no me
hubiera muerto de vergüenza si Diane me encontraba en la cama con Malfoy, y lo
peor de todo en su casa.
—Nikki, amiga, ¿cómo te sientes? —me preguntó
Diane.
—No muy bien, Diane, anoche bebí mucho, y no estoy
acostumbrada a beber por no decir que nunca antes había bebido —contesté,
ocultándole lo de Malfoy, y para empeorar las cosas tenía un horrible dolor de
cabeza, que casi me estaba matando.
—Te lo dije, te dije que no tomagas tanto —me regañó—. Estás muy demacgada —dijo mirándome fijamente a la cara.
—Es que me duele horrible la cabeza —dije—, pero ya
se me pasara. Ahora tú dime, ¿te seguiste divirtiendo en la fiesta? —le pregunté
con burla.
—Ni me lo gecuegdes,
eges una mala amiga, cómo pudiste dejagme sola con tanta gente, gente que
a la mayogía ni siquiega conocía, y lo peog
de todo es que la tonta de Pansy se me acegcó
paga “convegsag” un poco, ¡Ja!
Según ella, pego lo único que hizo
fue molestag —se quejó Diane.
—Así que estuviste charlando con tu querida amiga
Pansy —me burlé.
Diane me miró seria, y yo sonreí.
—No me pagece
ggacioso —refunfuñó.
—Ya, lo siento —me disculpé.
—Está bien. Pego
lo bueno fue que luego se fue con Zabini y Nott, aunque se me hizo gago fue que no volví a veg al guapísimo de Dgaco Malfoy en toda la noche —me quedé helada en cuanto mencionó
su nombre.
—Qué raro, de seguro se aburrió y se fue —disimule,
saliendo por la tangente.
—Sí, segugo
que fue eso —dijo mi amiga—, aunque fue gago
que dejaga a sus amigos.
—Él es raro —murmuré—, odioso, cretino y un
pervertido —todo eso lo dije sin darme cuenta de mis propias palabras.
—¿Pegvegtido?
¿Pog qué lo dices? ¿Te hizo algo? —me
preguntó Diane.
—Digo que es un pervertido, porque… porque en el
colegio se ha hecho la fama de que es un buen amante —espero que Diane no haya
notado mi nerviosismo. Además, todo lo que dije de él, es cierto, se había
hecho una fama de buen amante—. Y claro que no me ha hecho nada —mentí
descaradamente.
—Ah, bueno, menos mal, pog la fogma en que
hablaste de él, cgeí que te había
hecho algo —sonrió con alivio, yo también sonreí, pero con fingida
tranquilidad—. Te vez muy cansada, segá
mejog que te deje dogmig un poco más, nos vemos luego,
Nikki —y salió de la habitación dejándome sola.
Y otra vez los remordimientos vinieron a mí.
Por más que lo pensaba, no entendía cómo fue que yo
le suplique a Malfoy para que se acostara conmigo. Si yo no soy de ese tipo de
chicas que se regalan a los hombres, pero y si él me puso una poción en la
bebida —negué con la cabeza— no eso no es posible porque cuando yo empecé a
beber, él no estaba, él y sus amigos llegaron rato después.
Pero entonces… ¿Por qué lo hice? ¿Por qué con él?
Nadie tiene que saberlo, y mucho menos Harry, me
prometí.
De tanto pensar me quede dormida. Y cuando
desperté, vi todo oscuro, había dormido todo el día, lo bueno era que el dolor
de cabeza ya se me había pasado. Me levanté de la cama y me volví a dar una
ducha para despabilarme.
Cuando salí del baño, escuché que tocaban la
puerta.
—Adelante —dije.
Era Diane.
—Hola —la saludé—. ¿Qué tienes? —le pregunté al no
ver su sonrisa habitual en su rostro.
—Estoy triste pogque
pasado mañana te geggesas a Londges, y ya no nos vamos a veg, solo nos comunicagemos pog cagtas,
y no es lo mismo… te voy a extgañag
mucho —me dijo, con esa clásica voz de niña que hacia cuando quería obtener
algo.
—Yo también te voy a extrañar mucho. Pero no estés
triste —le dije—, en navidad puedes venir a visitarme o yo a ti.
Ella sonrió levemente.
—Bueno —dijo no muy convencida—, que te pagece si mañana vamos a paseag y así disfgutamos nuestgos
últimos días de vacaciones —me propuso.
—Claro —acepté con entusiasmo, quizás distrayéndome
me olvida de todo.
Al siguiente día, después de desayunar nos fuimos
al parque a caminar un poco, el aire fresco hacia que nuestros cabellos
danzaran, así estuvimos un buen rato caminando. Luego nos fuimos a un
restaurant a comer un postre, y empezamos a conversar de trivialidades y
también recordamos cuando yo iba al mismo colegio que ella. Después pagamos la
cuenta y regresamos a su mansión, cuando entramos a la sala vimos a sus padres
tomando el té, nos invitaron a acompañarlos a tomar el té, platicamos un
momento con ellos, y luego yo me disculpe con ellos diciendo que tenía que
hacer mi maleta.
Subí a mi habitación a recoger todas mis cosas y
Diane se quedó con sus padres. Empecé a guardar mi ropa al estilo muggle,
porque quería despejar mi mente y porque aún era menor de edad y no podía hacer
magia libremente.
Las horas pasaron rápidamente y nuevamente era de
noche. Con la pijama puesta me acosté en la cama, en la cama donde hace una
noche había perdido mi virginidad y con el hombre quien menos creía. Decidí
dejar de pensar en eso y cerré los ojos dispuesta a dormir. Pero no lo logre,
en mis sueños —o debería decir pesadillas— veía partes de esa noche con Malfoy,
y lo peor de todo fue que no deje de soñar con él en toda la noche y cada vez
que despertaba lo sentía a mi costado o sus brazos tomándome de la cintura.
A la mañana siguiente estaba como atontada por la
mala noche que había pasado. Me di una ducha para relajarme. Y cuando ya estuve
lista baje al comedor, ahí me encontré con Diane y sus padres, los salude y me
senté a desayunar con ellos.
Todo el desayuno me la pase distraída, mi amiga me
hablaba, pero sin querer no le prestaba atención. Tenía que contárselo a
alguien para desahogarme, no podía más con este sentimiento de culpa, ya que
sentía que había traicionado a mi propio hermano al meterme con su enemigo.
Luego del desayuno, los padres de Diane salieron, y
ella aprovecho para tomarme de la mano y no paramos hasta llegar a su
habitación.
—¿Qué te pasa, Nikki? Estás muy extgaña —me confrontó.
—Nada —le respondí, encogiéndome de hombros.
—Si no tuviegas
nada, entonces no estagías así de distgaída, has cambiado, cuando viniste egas más alegge y pego desde la
fiesta te noto distinta, más pensativa o como si estuviegas enojada pog
algo —me dijo.
Ya no pude más y empecé a llorar
descontroladamente.
—Diane… —hice una pausa—, pasé la noche con Malfoy
—confesé y ella me miró desconcertada.
—¡¿Qué?! —gritó, cuando comprendió lo que eso
significaba—. ¿Qué tú pasaste la noche con quién…?
—Con Malfoy —repetí, en voz baja—. Cuando salí al
jardín para tomar un poco de aire al rato él también salió y como siempre
discutimos por tonterías, luego yo caí sobre él porque me mareé —omití decir
que nos quedamos mirando por un rato y que yo le dije que tenía bonitos ojos—
me levanté de encima de Malfoy y él también se levantó. Yo me quise ir a dormir
porque me sentía fatal, y él se ofreció a ayudarme a llegar a hasta la
habitación, y yo como una estúpida acepte; y ya te debes saber lo que paso
—Diane asintió incitándome a continuar—. Al día siguiente cuando desperté,
estaba confusa ya que había alguien más que yo en mi cama, y no pude creer que
el que estaba acostado y desnudo en la cama conmigo era Malfoy —las lágrimas
seguían cayeron de mis ojos a cada palabra que decía—, le reclame y le dije que
era un cerdo por aprovecharse que yo estaba ebria para acostarse conmigo, pero
él me dijo que yo había sido la que le había puesto seguro a la puerta y que
luego me desnude frente a él, que él se quiso ir, pero que yo le pedí que por
favor se quedara y me hiciera el amor, y que hasta le había dicho que quería
perder la virginidad con él, yo no lo podía creer, así que le seguí reclamando
cuando en eso me llama Harry, le contesté y cuando termine de hablar con mi
hermano, Malfoy ya estaba vestido y se fue muy temprano, antes de que tú o tu
familia descubriera que había pasado la noche conmigo. Pero luego de que se
fue, yo empecé a recordar lo que había pasado en la noche y lamentablemente si
era cierto lo que Malfoy me dijo. Te das cuenta, Diane, fui yo la que se
desnudó frente a él, que vergüenza siento de mí misma, como me pude comporta de
esa manera tan descarada —terminé de relatar.
Diane me miraba entre seria y preocupada.
—¿Y se cuidagon,
vegdad? —me preguntó después de un
rato de estar en silencio.
Yo me quede pensativa.
—Sí —dije no muy segura—, no lo sé. Aunque no creo
que Malfoy sea tan irresponsable como para no cuidarse, él tiene más
experiencia que yo, además tampoco creo que él quiera tener un descendiente con
una Potter —eso me hizo sentirme más segura.
—Sí, yo también lo cgeo —dijo Diane—. Pego,
Nikki, tgata de calmagte antes de que veas a tu hegmano
y sospeché algo —me aconsejó.
—Si eso voy hacer, Diane —dije—. Diane —llamé su
atención—, prométeme que no le dirás nada a nadie de lo que te conté —le
supliqué.
—Te lo pgometo,
amiga, eso no tienes ni que deciglo,
tu secgeto estagá a salvo conmigo. Anda, vamos a disfgutag del día —me animó. Yo asentí.
Luego de pasar una mañana agradable al lado de mi
amiga, me di cuenta de que ya era hora de regresar a Londres, así que subí a
arreglarme un poco, me hice una coleta alta y me puse un vestido rosa que me
llegaba hasta las rodillas, cuando baje a la sala, me despedí y agradecí a los
padres de mi amiga por haberme permitido quedarme en su casa, por último me
despedí de mi amiga, prometiéndole escribirle seguido.
Todo el viaje en tren me la pase distraída, como si
estuviera en una burbuja. Y cuando menos me di cuenta ya había llegado a
Londres, y ahí me esperaban mi hermano, Hermione y los Weasley, todos me
dijeron un abrazo y beso de bienvenida; yo por mi parte trate de disimular que
todo estaba bien, para que así ellos no notaran que me sentía realmente mal.
POV Draco
En Malfoy Manor
Después de que salí de la habitación de Potter con
mucho cuidado de que nadie me viera que había pasado la noche con ella, fui
hacia la chimenea y por red flu me fui a casa de Pansy, al llegar me estaban
esperando Blaise, Theo y una desesperada Pansy. Apenas me vio me preguntó dónde
había pasado la noche, yo solo le dije que me había aburrido de estar en esa
fiesta y que me había ido por ahí, que había conocido a una chica francesa y
pase la noche con ella. Blaise y Theo sonrieron, mientras Pansy estaba enojada
por no haberle avisado cuando salí de la fiesta. No le di mucha importancia a
los reclamos de mi amiga, porque sabía que se terminaría cansando de hablar.
Si ellos supieran que en realidad pase la noche con
Potter femenino, pensarían que me volví loco.
A la mañana siguiente regresamos a Londres. Y ahora
me encontraba en mi habitación, acostado sobre mi cama, recordando la noche que
había pasado con la hermana menor de cara rajada de Potter; bueno, en realidad
no había dejado de pensar en ella desde aquella noche, ninguna chica con las
que me había acostado era como ella —y me había acostado con muchas— ni
siquiera Pansy se podía comparar con ella. Nicole es tan apasionada y eso que
solo tiene 15 años, y yo fui el primer hombre en su vida, yo la hice mujer —un
momento, la acabo de llamar por su nombre, y estoy pensando en ella desde hace
días. ¿Qué te pasa Draco Malfoy? Puede estar muy buena, pero que no te olvide
que es la hermana de cara rajada, me regañé— Pero demonios, tiene un cuerpo
esplendido, mejor que de cualquiera con la que haya estado antes. Y quiero
tenerla otra vez en mis brazos, en mi cama, ninguna mujer me ha hecho sentir
tanta pasión como ella lo ha hecho. Pero si ella le cuenta a su hermano que
paso la noche conmigo estando ella borracha, pensara que yo me aproveche de
ella, y me matara.
Negué con la cabeza.
—Pero que rayos me importa a mí que ese imbécil de
San Potter. Yo no le tengo miedo y no me importa lo que haga o diga. Lo único
que me importa de él es su hermana.
Aunque ella me dijo “Hasta nunca”, no creo que ella
pueda cumplir su palabra. Estoy seguro que volverá a mí, y si se pone difícil,
ya vería la forma de atraerla a mí y convencerla de estar de nuevo conmigo.
Además, no creo que sea tan difícil, ninguna chica me ha dicho que no, nunca.
Todavía seguía pesando en sus besos y su cuerpo
desnudo bajo el mío, cuando recordé que no me había cuidado. ¿Cómo pude haber
sido tan estúpido? ¿Por qué no me cuide? ¿Qué voy hacer si queda embarazada? Me
arruinaría la vida. Pero si me entero de que está esperando un hijo mío, la
obligaría a abortar, yo no podría tener un hijo con ella, y peor ahora que soy
parte de los mortífagos y que tengo la marca en mi brazo.
Estaba concentrado en las probabilidades de que
Potter esté embarazada cuando tocan la puerta de mi habitación.
—Adelante —dije. Era mi padre.
—Draco, apúrate que el Señor Tenebroso ya va a
venir para la reunión, y ya sabes que a él le molesta que lo retrasemos —dijo
padre, y al instante salió de mi habitación.
POV Nicole
Cuando llegamos a la Madriguera, saludé a los
padres de los Weasley, y luego me disculpe con ellos alegando que estaba muy
cansada por el viaje, ellos comprendieron y me dejaron irme a la habitación que
compartía con Ginny y Hermione.
Lo único que quería en ese momento era estar sola,
me daba mucha vergüenza mirarlos a los ojos, y sobre todo a Harry. ¡Dios! Me
sentía la peor de todas las hermanas. Estuve recriminándome por unas horas,
hasta que alguien me interrumpió. Era Ginny acompañada de Hermione las que
entraron a la habitación para preguntarme si quería algo de comer, pero yo les
dije que no tenía hambre.
—¿Qué tienes? —me preguntó Ginny.
—Nada, solo estoy cansada —mentí.
—Te noto como afligida por algo —dijo Hermione,
mirándome.
—Imaginaciones tuyas, solo estoy cansada —le
contesté—. Pero mejor cuéntenme como estuvieron estos días sin mí —fingí una
sonrisa, para no preocuparlas.
Las chicas empezaron a contarme todo lo que habían
hecho esos días que no nos vimos y yo les conté todo lo que hice en Francia y
sobre la fiesta, pero claro, siempre obviando la parte de Malfoy.
—Bueno, creo que ya es hora de dormir, mañana nos
tenemos que levantar muy temprano para ir a la estación y tomar el tren que nos
llevara a Hogwarts —dijo como siempre una preocupada Hermione. Ginny y yo
sonreímos, ella nunca iba a cambiar.
Al día siguiente Hermione me despertó a las 6 de la
mañana en punto para que aliste mis cosas, yo me levante refunfuñando porque no
me dejara dormir un poco más, pero igual hice lo que ella dijo. Pude darme
cuenta de que ella ya se había bañado y cambiado.
Una hora después ya había terminado de empacar mis
cosas, y Ginny se despertó, ambas nos turnamos para bañarnos. Minutos después
ambas bajamos a desayunar y luego bajaron los chicos. Los gemelos como siempre
nos hicieron reír con sus bromas durante el desayuno, y por supuesto que la señora
Weasley los regañaba cuando ella creía que ya se estaban pasando de la raya.
Luego de desayunar fuimos a la estación de King’s Cross y cruzamos el andén 9 ¾
y nuevamente tuve el privilegio de ver el tren escarlata, después de admirar el
tren nos despedimos de los señores Weasley y de los aurores que nos
acompañaban.
Ya en el tren buscamos un vagón desocupado, y lo
encontramos. Todo el camino me la pase escuchando lo que mi hermano, Ron y
Hermione hablaban, lo bueno fue que ellos estaban tan atentos en su
conversación que no notaron y que estaba callada. Cuando ya faltaba poco para
llegar a Hogwarts, las chicas y yo nos fuimos a los baños para ponernos los
uniformes, yo fui la última en cambiarme y cuando estaba saliendo del baño me
choque con quien menos quería encontrarme. Con Malfoy.
¿Por qué a
mí?, grité
internamente.
Ambos nos miramos, y yo trate de escapar de él,
pero el muy estúpido se atrevió a jalarme del brazo, impidiendo que me vaya.
—Ahora ya ni me saludas, Potter —dijo con esa voz
altiva de siempre.
—No tengo porque saludarte —dije con la voz más
fría que pude, forcejeé un poco y pude soltarme de su agarre.
Me encontré con las chicas otra vez y nos dirigimos
al vagón, cuando entramos al vagón los chicos también estaban con los uniformes
puestos.
Diez minutos después ya estábamos bajando del tren,
y como si de una espada se tratara Harry, me pegue a él, en ningún momento me
separé de él, pero antes de subir al carruaje que nos llevaría a Hogwarts sentí
una mirada muy penetrante sobre mí, ligeramente giré mi rostro y pude ver que
se trataba de Malfoy, él me miraba con una sonrisa arrogante en sus labios,
fruncí el ceño y enseguida volteé el rostro hacia al frente, cogí a Harry del
brazo y nos subimos a los carruajes junto con Hermione, Ron y Ginny.
Cuando llegamos a Hogwarts, nos fuimos al Gran
Comedor, y como siempre esperamos pacientes a que el sombrero seleccionador
asignara a una casa a los niños de primero, luego vino el discurso de
Dumbledore —el cual ni siquiera pude prestar atención porque sentía la mirada
de él sobre mí— la cena fue suculenta como siempre, y el que más disfruto de la
cena fue Ron.
Luego de cenar, todos nos fuimos a nuestra sala
común, Hermione y Ron dirigían a los niños de primero hacia nuestra sala común.
Seamus y Dean que iban delante de mí, no dejaban de hablar de quidditch, yo
pase delante de ellos y me fui a mi habitación, estaba completamente agotada,
me puse la pijama y me lave los dientes para luego acostarme en mi mullida
cama, apenas mi cuerpo toco la cama me quede dormida, ni siquiera escuché
cuando Ginny entro a la habitación.
Pero para mí mala suerte me desperté en la
madrugada porque nuevamente había soñado con Malfoy, era como si sus ojos
grises no me dejaran en paz. Luego de eso no pude dormir otra vez, solo me
dedique a dar vueltas en mi cama. Apenas pude ver la claridad por la ventana me
levanté, me bañe, me puse el uniforme y me peine, dejando que mi cabello cayera
natural por mi espalda.
Cuando ya estuve lista, miré mi reloj de pulsera,
ya eran las 6:40 de la mañana, así que desperté a Ginny. Ella primero me miró
con sorpresa, pero luego parpadeó y estirándose se levantó de la cama.
—Todavía es muy temprano —murmuró al darse cuenta
de hora.
—No seas floja, además, vas a tener tiempo
suficiente para alistarte, porque para lo que te demoras —le contesté, ella
solo bostezo en respuesta y se metió al baño.
La esperé a que terminara de alistarse por
aproximadamente 50 minutos. Así que cuando bajamos hacia la sala común nos
encontramos con Hermione regañando a Harry y a Ron por ser tan perezosos —Ginny
y yo sonreímos al ver las caras de los chicos— nos acercamos a ellos.
—Buenos días —dijimos Ginny y yo a coro.
—No sé qué tienen de bueno —murmuró Ron.
Bajamos al Gran Comedor escuchando como Hermione y
Ron discutían y el pobre de mi hermano iba al medio de ellos.
Ginny yo desayunamos lo más rápido posible para no
llegar tarde a la clase de Snape, y todavía era clase de pociones dobles. Eso
sería una pesadilla para mi hermano y sus amigos, suerte que yo era la Potter que
mejor le caía —aún no sabía porque le caía bien, pero tampoco se lo iba a
preguntar— sino a mí también me haría la vida de cuadritos como al pobre de mi
hermano.
Así fueron pasando los días, entre clases aburridas
y muchos trabajos. Pero también empecé con unos malestares terribles. Tenía
mareos, dolor de cabeza y muchas nauseas, sobre todo en las mañanas y apenas
empezaba a desayunar mi estómago se revolvía e iba corriendo a vomitar, estaba
fatal. Claro que procuraba que mi hermano no se diera cuenta de lo mal que me
sentía si no se iba a preocupar mucho, y yo no quería darle más preocupaciones
de las que ya de por si tenía.
Esos malestares cada vez eran peores, pero lo peor
era que en dos meses no menstruaba, al comienzo creía que era el estrés de la escuela,
por los TIMOS o porque por más que quería olvidarme lo que había pasado esa
noche con Malfoy, no podía. Claro que después de esa noche yo trataba de
encontrarme lo menos posible con él. Pero tanta era mi mala suerte que siempre
me lo encontraba donde menos esperaba, sino era discutiendo con mi hermano o
con Hermione o con Ron, me lo encontraba por los pasillos, algunas veces
también me lo encontraba en la
biblioteca, tengo el presentimiento de que me sigue solo para molestarme.
Pasó una semana más y seguía sin venirme la
menstruación, y como los malestares seguían, temí estar embarazada de Malfoy,
porque después de esa noche no me había acostado con nadie más, lamentablemente
él fue el primero y el último, hasta el momento. Precisamente con él tuve que
perder la virginidad.
¡Ay, porque él tuvo que ser el primero!, me
lamenté.
Pero tal vez me estoy precipitando —traté de
animarme— y no estoy embarazada, tal vez solo sea una falsa alarma, porque
Malfoy se tuvo que haber cuidado esa noche. Aunque nunca le pregunté si se
había cuidado esa noche que estuvo conmigo, es que tampoco me atrevía a
preguntarle eso, porque si lo hacía de seguro se iba a burlar de mí.
—¡Ay, porque me tiene que pasar esto a mí! ¡Soy una
estúpida! —me recriminé.
Luego de lamentarme, decidí hacerme una prueba de
embarazo, pero no sería ahora, aprovecharía el sábado que se iban a Hogsmeade,
sí, ese sería el día perfecto. Así que aprovechando que había salida al pueblo
le dije a Harry que el profesor Dumbledore me había dado permiso de ir al mundo
muggle para visitar a mis padres adoptivos, ya que no los había visto en las
vacaciones pasadas. A mi hermano le pareció raro porque yo le había contado que
estaban de viaje, pero le mentí diciéndole que habían regresado y quería
verlos. Harry accedió, pero yo me sentí fatal por mentirle de esa forma tan
descarada.
El sábado por fin llego. Ese día yo me levante muy
temprano y me fui directo al mundo muggle, y compre una prueba de embarazo, fui
directo a la casa de los Jones y entre al baño de mi habitación, me hice la
prueba y para mi mala suerte salió positiva. Estaba muy asustada.
—¿Qué voy hacer? —me pregunté, mientras lágrimas
salían de mis ojos sin parar.
Pero luego me consolé diciéndome que esas pruebas
no eran cien por ciento seguras, así que más calmada regresé a Hogwarts, con el
solo pensamiento de salir de esto de una vez por todas, o sea que tenía que
hacerme una prueba con una poción.
Al siguiente día, luego de inventar una buena
historia sobre mis padres a Harry, para así hacerle creer que todo estaba bien,
sin que nadie se dé cuenta me fui a la enfermería de la señora Pomfrey, y
sustraje una poción para comprobar si estaba o no embarazada. Subí a mi
habitación, la cual compartía con Ginny —la hermana menor de Ron Weasley, mejor
amigo de mi hermano—. Me aseguré de que no estuviera Ginny, luego de eso tome
la poción y espere unos minutos para que hiciera efecto; y si mi vientre se
abultaba un poco, era que la prueba había dado positivo, y si mi vientre seguía
igual de plano que siempre, la prueba sería negativo. Pasaron tres minutos y yo
estaba con los nervios a flor de piel, cuando de pronto mi vientre se abulto… y
al instante volvió a normalidad.
¡Por Merlín! No podía creer que estaba embarazada
de Malfoy, lo único que hice fue llorar, llorar acostada en mi cama.
¿Qué voy
hacer? ¿Cómo se lo diré a Harry?, me preguntaba.