domingo, 4 de octubre de 2015

¡Estoy embarazada! ¡Esto no me puede estar pasando a mí!

POV Nicole
Después de dos días regrese a la Madriguera, pero aún seguía como aturdida, me sentía rara y eso lo noto también Diane, y digo también porque mi hermano y mis demás amigos se han dado cuenta de que me pasa algo.
Pero bueno, después de que Malfoy prácticamente saliera de mi habitación y de la mansión como si fuera un ladrón, yo me metí al baño y me duche como por una hora tratando de olvidar todo lo que paso en la noche, pero por más que refregara mi cuerpo con la esponja, aun sentía las manos de Malfoy acariciar mi cuerpo.
Como pude llegar tan lejos, y con Malfoy, me recriminaba.
Cuando salí de la ducha, me encontré con Diane, estaba preocupada por mí porque no había visto en todo el resto de la noche, y no había podido venir en enseguida a verme porque sus padres y los demás invitados no la dejaban sola mucho tiempo.
Qué bueno, pensé con alivio. Porque si no me hubiera muerto de vergüenza si Diane me encontraba en la cama con Malfoy, y lo peor de todo en su casa.
—Nikki, amiga, ¿cómo te sientes? —me preguntó Diane.
—No muy bien, Diane, anoche bebí mucho, y no estoy acostumbrada a beber por no decir que nunca antes había bebido —contesté, ocultándole lo de Malfoy, y para empeorar las cosas tenía un horrible dolor de cabeza, que casi me estaba matando.
—Te lo dije, te dije que no tomagas tanto —me regañó—. Estás muy demacgada —dijo mirándome fijamente a la cara.
—Es que me duele horrible la cabeza —dije—, pero ya se me pasara. Ahora tú dime, ¿te seguiste divirtiendo en la fiesta? —le pregunté con burla.
—Ni me lo gecuegdes, eges una mala amiga, cómo pudiste dejagme sola con tanta gente, gente que a la mayogía ni siquiega conocía, y lo peog de todo es que la tonta de Pansy se me acegcó paga “convegsag” un poco, ¡Ja! Según ella, pego lo único que hizo fue molestag —se quejó Diane.
—Así que estuviste charlando con tu querida amiga Pansy —me burlé.
Diane me miró seria, y yo sonreí.
—No me pagece ggacioso —refunfuñó.
—Ya, lo siento —me disculpé.
—Está bien. Pego lo bueno fue que luego se fue con Zabini y Nott, aunque se me hizo gago fue que no volví a veg al guapísimo de Dgaco Malfoy en toda la noche —me quedé helada en cuanto mencionó su nombre.
—Qué raro, de seguro se aburrió y se fue —disimule, saliendo por la tangente.
—Sí, segugo que fue eso —dijo mi amiga—, aunque fue gago que dejaga a sus amigos.
—Él es raro —murmuré—, odioso, cretino y un pervertido —todo eso lo dije sin darme cuenta de mis propias palabras.
—¿Pegvegtido? ¿Pog qué lo dices? ¿Te hizo algo? —me preguntó Diane.
—Digo que es un pervertido, porque… porque en el colegio se ha hecho la fama de que es un buen amante —espero que Diane no haya notado mi nerviosismo. Además, todo lo que dije de él, es cierto, se había hecho una fama de buen amante—. Y claro que no me ha hecho nada —mentí descaradamente.
—Ah, bueno, menos mal, pog la fogma en que hablaste de él, cgeí que te había hecho algo —sonrió con alivio, yo también sonreí, pero con fingida tranquilidad—. Te vez muy cansada, segá mejog que te deje dogmig un poco más, nos vemos luego, Nikki —y salió de la habitación dejándome sola.
Y otra vez los remordimientos vinieron a mí.
Por más que lo pensaba, no entendía cómo fue que yo le suplique a Malfoy para que se acostara conmigo. Si yo no soy de ese tipo de chicas que se regalan a los hombres, pero y si él me puso una poción en la bebida —negué con la cabeza— no eso no es posible porque cuando yo empecé a beber, él no estaba, él y sus amigos llegaron rato después.
Pero entonces… ¿Por qué lo hice? ¿Por qué con él?
Nadie tiene que saberlo, y mucho menos Harry, me prometí.
De tanto pensar me quede dormida. Y cuando desperté, vi todo oscuro, había dormido todo el día, lo bueno era que el dolor de cabeza ya se me había pasado. Me levanté de la cama y me volví a dar una ducha para despabilarme.
Cuando salí del baño, escuché que tocaban la puerta.
—Adelante —dije.
Era Diane.
—Hola —la saludé—. ¿Qué tienes? —le pregunté al no ver su sonrisa habitual en su rostro.
—Estoy triste pogque pasado mañana te geggesas a Londges, y ya no nos vamos a veg, solo nos comunicagemos pog cagtas, y no es lo mismo… te voy a extgañag mucho —me dijo, con esa clásica voz de niña que hacia cuando quería obtener algo.
—Yo también te voy a extrañar mucho. Pero no estés triste —le dije—, en navidad puedes venir a visitarme o yo a ti.
Ella sonrió levemente.
—Bueno —dijo no muy convencida—, que te pagece si mañana vamos a paseag y así disfgutamos nuestgos últimos días de vacaciones —me propuso.
—Claro —acepté con entusiasmo, quizás distrayéndome me olvida de todo.

Al siguiente día, después de desayunar nos fuimos al parque a caminar un poco, el aire fresco hacia que nuestros cabellos danzaran, así estuvimos un buen rato caminando. Luego nos fuimos a un restaurant a comer un postre, y empezamos a conversar de trivialidades y también recordamos cuando yo iba al mismo colegio que ella. Después pagamos la cuenta y regresamos a su mansión, cuando entramos a la sala vimos a sus padres tomando el té, nos invitaron a acompañarlos a tomar el té, platicamos un momento con ellos, y luego yo me disculpe con ellos diciendo que tenía que hacer mi maleta.
Subí a mi habitación a recoger todas mis cosas y Diane se quedó con sus padres. Empecé a guardar mi ropa al estilo muggle, porque quería despejar mi mente y porque aún era menor de edad y no podía hacer magia libremente.
Las horas pasaron rápidamente y nuevamente era de noche. Con la pijama puesta me acosté en la cama, en la cama donde hace una noche había perdido mi virginidad y con el hombre quien menos creía. Decidí dejar de pensar en eso y cerré los ojos dispuesta a dormir. Pero no lo logre, en mis sueños —o debería decir pesadillas— veía partes de esa noche con Malfoy, y lo peor de todo fue que no deje de soñar con él en toda la noche y cada vez que despertaba lo sentía a mi costado o sus brazos tomándome de la cintura.
A la mañana siguiente estaba como atontada por la mala noche que había pasado. Me di una ducha para relajarme. Y cuando ya estuve lista baje al comedor, ahí me encontré con Diane y sus padres, los salude y me senté a desayunar con ellos.
Todo el desayuno me la pase distraída, mi amiga me hablaba, pero sin querer no le prestaba atención. Tenía que contárselo a alguien para desahogarme, no podía más con este sentimiento de culpa, ya que sentía que había traicionado a mi propio hermano al meterme con su enemigo.
Luego del desayuno, los padres de Diane salieron, y ella aprovecho para tomarme de la mano y no paramos hasta llegar a su habitación.
—¿Qué te pasa, Nikki? Estás muy extgaña —me confrontó.
—Nada —le respondí, encogiéndome de hombros.
—Si no tuviegas nada, entonces no estagías así de distgaída, has cambiado, cuando viniste egas más alegge y pego desde la fiesta te noto distinta, más pensativa o como si estuviegas enojada pog algo —me dijo.
Ya no pude más y empecé a llorar descontroladamente.
—Diane… —hice una pausa—, pasé la noche con Malfoy —confesé y ella me miró desconcertada.
—¡¿Qué?! —gritó, cuando comprendió lo que eso significaba—. ¿Qué tú pasaste la noche con quién…?
—Con Malfoy —repetí, en voz baja—. Cuando salí al jardín para tomar un poco de aire al rato él también salió y como siempre discutimos por tonterías, luego yo caí sobre él porque me mareé —omití decir que nos quedamos mirando por un rato y que yo le dije que tenía bonitos ojos— me levanté de encima de Malfoy y él también se levantó. Yo me quise ir a dormir porque me sentía fatal, y él se ofreció a ayudarme a llegar a hasta la habitación, y yo como una estúpida acepte; y ya te debes saber lo que paso —Diane asintió incitándome a continuar—. Al día siguiente cuando desperté, estaba confusa ya que había alguien más que yo en mi cama, y no pude creer que el que estaba acostado y desnudo en la cama conmigo era Malfoy —las lágrimas seguían cayeron de mis ojos a cada palabra que decía—, le reclame y le dije que era un cerdo por aprovecharse que yo estaba ebria para acostarse conmigo, pero él me dijo que yo había sido la que le había puesto seguro a la puerta y que luego me desnude frente a él, que él se quiso ir, pero que yo le pedí que por favor se quedara y me hiciera el amor, y que hasta le había dicho que quería perder la virginidad con él, yo no lo podía creer, así que le seguí reclamando cuando en eso me llama Harry, le contesté y cuando termine de hablar con mi hermano, Malfoy ya estaba vestido y se fue muy temprano, antes de que tú o tu familia descubriera que había pasado la noche conmigo. Pero luego de que se fue, yo empecé a recordar lo que había pasado en la noche y lamentablemente si era cierto lo que Malfoy me dijo. Te das cuenta, Diane, fui yo la que se desnudó frente a él, que vergüenza siento de mí misma, como me pude comporta de esa manera tan descarada —terminé de relatar.
Diane me miraba entre seria y preocupada.
—¿Y se cuidagon, vegdad? —me preguntó después de un rato de estar en silencio.
Yo me quede pensativa.
—Sí —dije no muy segura—, no lo sé. Aunque no creo que Malfoy sea tan irresponsable como para no cuidarse, él tiene más experiencia que yo, además tampoco creo que él quiera tener un descendiente con una Potter —eso me hizo sentirme más segura.
—Sí, yo también lo cgeo —dijo Diane—. Pego, Nikki, tgata de calmagte antes de que veas a tu hegmano y sospeché algo —me aconsejó.
—Si eso voy hacer, Diane —dije—. Diane —llamé su atención—, prométeme que no le dirás nada a nadie de lo que te conté —le supliqué.
—Te lo pgometo, amiga, eso no tienes ni que deciglo, tu secgeto estagá a salvo conmigo. Anda, vamos a disfgutag del día —me animó. Yo asentí.
Luego de pasar una mañana agradable al lado de mi amiga, me di cuenta de que ya era hora de regresar a Londres, así que subí a arreglarme un poco, me hice una coleta alta y me puse un vestido rosa que me llegaba hasta las rodillas, cuando baje a la sala, me despedí y agradecí a los padres de mi amiga por haberme permitido quedarme en su casa, por último me despedí de mi amiga, prometiéndole escribirle seguido.
Todo el viaje en tren me la pase distraída, como si estuviera en una burbuja. Y cuando menos me di cuenta ya había llegado a Londres, y ahí me esperaban mi hermano, Hermione y los Weasley, todos me dijeron un abrazo y beso de bienvenida; yo por mi parte trate de disimular que todo estaba bien, para que así ellos no notaran que me sentía realmente mal.

POV Draco
En Malfoy Manor
Después de que salí de la habitación de Potter con mucho cuidado de que nadie me viera que había pasado la noche con ella, fui hacia la chimenea y por red flu me fui a casa de Pansy, al llegar me estaban esperando Blaise, Theo y una desesperada Pansy. Apenas me vio me preguntó dónde había pasado la noche, yo solo le dije que me había aburrido de estar en esa fiesta y que me había ido por ahí, que había conocido a una chica francesa y pase la noche con ella. Blaise y Theo sonrieron, mientras Pansy estaba enojada por no haberle avisado cuando salí de la fiesta. No le di mucha importancia a los reclamos de mi amiga, porque sabía que se terminaría cansando de hablar.
Si ellos supieran que en realidad pase la noche con Potter femenino, pensarían que me volví loco.
A la mañana siguiente regresamos a Londres. Y ahora me encontraba en mi habitación, acostado sobre mi cama, recordando la noche que había pasado con la hermana menor de cara rajada de Potter; bueno, en realidad no había dejado de pensar en ella desde aquella noche, ninguna chica con las que me había acostado era como ella —y me había acostado con muchas— ni siquiera Pansy se podía comparar con ella. Nicole es tan apasionada y eso que solo tiene 15 años, y yo fui el primer hombre en su vida, yo la hice mujer —un momento, la acabo de llamar por su nombre, y estoy pensando en ella desde hace días. ¿Qué te pasa Draco Malfoy? Puede estar muy buena, pero que no te olvide que es la hermana de cara rajada, me regañé— Pero demonios, tiene un cuerpo esplendido, mejor que de cualquiera con la que haya estado antes. Y quiero tenerla otra vez en mis brazos, en mi cama, ninguna mujer me ha hecho sentir tanta pasión como ella lo ha hecho. Pero si ella le cuenta a su hermano que paso la noche conmigo estando ella borracha, pensara que yo me aproveche de ella, y me matara.
Negué con la cabeza.
—Pero que rayos me importa a mí que ese imbécil de San Potter. Yo no le tengo miedo y no me importa lo que haga o diga. Lo único que me importa de él es su hermana.
Aunque ella me dijo “Hasta nunca”, no creo que ella pueda cumplir su palabra. Estoy seguro que volverá a mí, y si se pone difícil, ya vería la forma de atraerla a mí y convencerla de estar de nuevo conmigo. Además, no creo que sea tan difícil, ninguna chica me ha dicho que no, nunca.
Todavía seguía pesando en sus besos y su cuerpo desnudo bajo el mío, cuando recordé que no me había cuidado. ¿Cómo pude haber sido tan estúpido? ¿Por qué no me cuide? ¿Qué voy hacer si queda embarazada? Me arruinaría la vida. Pero si me entero de que está esperando un hijo mío, la obligaría a abortar, yo no podría tener un hijo con ella, y peor ahora que soy parte de los mortífagos y que tengo la marca en mi brazo.
Estaba concentrado en las probabilidades de que Potter esté embarazada cuando tocan la puerta de mi habitación.
—Adelante —dije. Era mi padre.
—Draco, apúrate que el Señor Tenebroso ya va a venir para la reunión, y ya sabes que a él le molesta que lo retrasemos —dijo padre, y al instante salió de mi habitación.

POV Nicole
Cuando llegamos a la Madriguera, saludé a los padres de los Weasley, y luego me disculpe con ellos alegando que estaba muy cansada por el viaje, ellos comprendieron y me dejaron irme a la habitación que compartía con Ginny y Hermione.
Lo único que quería en ese momento era estar sola, me daba mucha vergüenza mirarlos a los ojos, y sobre todo a Harry. ¡Dios! Me sentía la peor de todas las hermanas. Estuve recriminándome por unas horas, hasta que alguien me interrumpió. Era Ginny acompañada de Hermione las que entraron a la habitación para preguntarme si quería algo de comer, pero yo les dije que no tenía hambre.
—¿Qué tienes? —me preguntó Ginny.
—Nada, solo estoy cansada —mentí.
—Te noto como afligida por algo —dijo Hermione, mirándome.
—Imaginaciones tuyas, solo estoy cansada —le contesté—. Pero mejor cuéntenme como estuvieron estos días sin mí —fingí una sonrisa, para no preocuparlas.
Las chicas empezaron a contarme todo lo que habían hecho esos días que no nos vimos y yo les conté todo lo que hice en Francia y sobre la fiesta, pero claro, siempre obviando la parte de Malfoy.
—Bueno, creo que ya es hora de dormir, mañana nos tenemos que levantar muy temprano para ir a la estación y tomar el tren que nos llevara a Hogwarts —dijo como siempre una preocupada Hermione. Ginny y yo sonreímos, ella nunca iba a cambiar.

Al día siguiente Hermione me despertó a las 6 de la mañana en punto para que aliste mis cosas, yo me levante refunfuñando porque no me dejara dormir un poco más, pero igual hice lo que ella dijo. Pude darme cuenta de que ella ya se había bañado y cambiado.
Una hora después ya había terminado de empacar mis cosas, y Ginny se despertó, ambas nos turnamos para bañarnos. Minutos después ambas bajamos a desayunar y luego bajaron los chicos. Los gemelos como siempre nos hicieron reír con sus bromas durante el desayuno, y por supuesto que la señora Weasley los regañaba cuando ella creía que ya se estaban pasando de la raya. Luego de desayunar fuimos a la estación de King’s Cross y cruzamos el andén 9 ¾ y nuevamente tuve el privilegio de ver el tren escarlata, después de admirar el tren nos despedimos de los señores Weasley y de los aurores que nos acompañaban.
Ya en el tren buscamos un vagón desocupado, y lo encontramos. Todo el camino me la pase escuchando lo que mi hermano, Ron y Hermione hablaban, lo bueno fue que ellos estaban tan atentos en su conversación que no notaron y que estaba callada. Cuando ya faltaba poco para llegar a Hogwarts, las chicas y yo nos fuimos a los baños para ponernos los uniformes, yo fui la última en cambiarme y cuando estaba saliendo del baño me choque con quien menos quería encontrarme. Con Malfoy.
¿Por qué a mí?, grité internamente.
Ambos nos miramos, y yo trate de escapar de él, pero el muy estúpido se atrevió a jalarme del brazo, impidiendo que me vaya.
—Ahora ya ni me saludas, Potter —dijo con esa voz altiva de siempre.
—No tengo porque saludarte —dije con la voz más fría que pude, forcejeé un poco y pude soltarme de su agarre.
Me encontré con las chicas otra vez y nos dirigimos al vagón, cuando entramos al vagón los chicos también estaban con los uniformes puestos.
Diez minutos después ya estábamos bajando del tren, y como si de una espada se tratara Harry, me pegue a él, en ningún momento me separé de él, pero antes de subir al carruaje que nos llevaría a Hogwarts sentí una mirada muy penetrante sobre mí, ligeramente giré mi rostro y pude ver que se trataba de Malfoy, él me miraba con una sonrisa arrogante en sus labios, fruncí el ceño y enseguida volteé el rostro hacia al frente, cogí a Harry del brazo y nos subimos a los carruajes junto con Hermione, Ron y Ginny.
Cuando llegamos a Hogwarts, nos fuimos al Gran Comedor, y como siempre esperamos pacientes a que el sombrero seleccionador asignara a una casa a los niños de primero, luego vino el discurso de Dumbledore —el cual ni siquiera pude prestar atención porque sentía la mirada de él sobre mí— la cena fue suculenta como siempre, y el que más disfruto de la cena fue Ron.
Luego de cenar, todos nos fuimos a nuestra sala común, Hermione y Ron dirigían a los niños de primero hacia nuestra sala común. Seamus y Dean que iban delante de mí, no dejaban de hablar de quidditch, yo pase delante de ellos y me fui a mi habitación, estaba completamente agotada, me puse la pijama y me lave los dientes para luego acostarme en mi mullida cama, apenas mi cuerpo toco la cama me quede dormida, ni siquiera escuché cuando Ginny entro a la habitación.
Pero para mí mala suerte me desperté en la madrugada porque nuevamente había soñado con Malfoy, era como si sus ojos grises no me dejaran en paz. Luego de eso no pude dormir otra vez, solo me dedique a dar vueltas en mi cama. Apenas pude ver la claridad por la ventana me levanté, me bañe, me puse el uniforme y me peine, dejando que mi cabello cayera natural por mi espalda.
Cuando ya estuve lista, miré mi reloj de pulsera, ya eran las 6:40 de la mañana, así que desperté a Ginny. Ella primero me miró con sorpresa, pero luego parpadeó y estirándose se levantó de la cama.
—Todavía es muy temprano —murmuró al darse cuenta de hora.
—No seas floja, además, vas a tener tiempo suficiente para alistarte, porque para lo que te demoras —le contesté, ella solo bostezo en respuesta y se metió al baño.
La esperé a que terminara de alistarse por aproximadamente 50 minutos. Así que cuando bajamos hacia la sala común nos encontramos con Hermione regañando a Harry y a Ron por ser tan perezosos —Ginny y yo sonreímos al ver las caras de los chicos— nos acercamos a ellos.
—Buenos días —dijimos Ginny y yo a coro.
—No sé qué tienen de bueno —murmuró Ron.
Bajamos al Gran Comedor escuchando como Hermione y Ron discutían y el pobre de mi hermano iba al medio de ellos.
Ginny yo desayunamos lo más rápido posible para no llegar tarde a la clase de Snape, y todavía era clase de pociones dobles. Eso sería una pesadilla para mi hermano y sus amigos, suerte que yo era la Potter que mejor le caía —aún no sabía porque le caía bien, pero tampoco se lo iba a preguntar— sino a mí también me haría la vida de cuadritos como al pobre de mi hermano.

Así fueron pasando los días, entre clases aburridas y muchos trabajos. Pero también empecé con unos malestares terribles. Tenía mareos, dolor de cabeza y muchas nauseas, sobre todo en las mañanas y apenas empezaba a desayunar mi estómago se revolvía e iba corriendo a vomitar, estaba fatal. Claro que procuraba que mi hermano no se diera cuenta de lo mal que me sentía si no se iba a preocupar mucho, y yo no quería darle más preocupaciones de las que ya de por si tenía.
Esos malestares cada vez eran peores, pero lo peor era que en dos meses no menstruaba, al comienzo creía que era el estrés de la escuela, por los TIMOS o porque por más que quería olvidarme lo que había pasado esa noche con Malfoy, no podía. Claro que después de esa noche yo trataba de encontrarme lo menos posible con él. Pero tanta era mi mala suerte que siempre me lo encontraba donde menos esperaba, sino era discutiendo con mi hermano o con Hermione o con Ron, me lo encontraba por los pasillos, algunas veces también me lo encontraba  en la biblioteca, tengo el presentimiento de que me sigue solo para molestarme.
Pasó una semana más y seguía sin venirme la menstruación, y como los malestares seguían, temí estar embarazada de Malfoy, porque después de esa noche no me había acostado con nadie más, lamentablemente él fue el primero y el último, hasta el momento. Precisamente con él tuve que perder la virginidad.
¡Ay, porque él tuvo que ser el primero!, me lamenté.
Pero tal vez me estoy precipitando —traté de animarme— y no estoy embarazada, tal vez solo sea una falsa alarma, porque Malfoy se tuvo que haber cuidado esa noche. Aunque nunca le pregunté si se había cuidado esa noche que estuvo conmigo, es que tampoco me atrevía a preguntarle eso, porque si lo hacía de seguro se iba a burlar de mí.
—¡Ay, porque me tiene que pasar esto a mí! ¡Soy una estúpida! —me recriminé.
Luego de lamentarme, decidí hacerme una prueba de embarazo, pero no sería ahora, aprovecharía el sábado que se iban a Hogsmeade, sí, ese sería el día perfecto. Así que aprovechando que había salida al pueblo le dije a Harry que el profesor Dumbledore me había dado permiso de ir al mundo muggle para visitar a mis padres adoptivos, ya que no los había visto en las vacaciones pasadas. A mi hermano le pareció raro porque yo le había contado que estaban de viaje, pero le mentí diciéndole que habían regresado y quería verlos. Harry accedió, pero yo me sentí fatal por mentirle de esa forma tan descarada.

El sábado por fin llego. Ese día yo me levante muy temprano y me fui directo al mundo muggle, y compre una prueba de embarazo, fui directo a la casa de los Jones y entre al baño de mi habitación, me hice la prueba y para mi mala suerte salió positiva. Estaba muy asustada.
—¿Qué voy hacer? —me pregunté, mientras lágrimas salían de mis ojos sin parar.
Pero luego me consolé diciéndome que esas pruebas no eran cien por ciento seguras, así que más calmada regresé a Hogwarts, con el solo pensamiento de salir de esto de una vez por todas, o sea que tenía que hacerme una prueba con una poción.
Al siguiente día, luego de inventar una buena historia sobre mis padres a Harry, para así hacerle creer que todo estaba bien, sin que nadie se dé cuenta me fui a la enfermería de la señora Pomfrey, y sustraje una poción para comprobar si estaba o no embarazada. Subí a mi habitación, la cual compartía con Ginny —la hermana menor de Ron Weasley, mejor amigo de mi hermano—. Me aseguré de que no estuviera Ginny, luego de eso tome la poción y espere unos minutos para que hiciera efecto; y si mi vientre se abultaba un poco, era que la prueba había dado positivo, y si mi vientre seguía igual de plano que siempre, la prueba sería negativo. Pasaron tres minutos y yo estaba con los nervios a flor de piel, cuando de pronto mi vientre se abulto… y al instante volvió a normalidad.
¡Por Merlín! No podía creer que estaba embarazada de Malfoy, lo único que hice fue llorar, llorar acostada en mi cama.
¿Qué voy hacer? ¿Cómo se lo diré a Harry?, me preguntaba.