lunes, 21 de septiembre de 2015

Prólogo


POV Nicole
Esa noche en la fiesta a la que me invito mi mejor amiga —de Francia— me divertí mucho. Pero como yo no estoy acostumbrada a tomar bebidas alcohólicas, se me subió el alcohol, tanto que ni siquiera me di cuenta de que estaba coqueteando y luego besándome con la persona menos esperada, y esa persona es nada más y nada menos que Draco Malfoy, sí, mi enemigo o eso creí yo, porque de una cosa yo sí estoy segura, es que yo no sé tomar y por eso no fui consciente de lo que estaba haciendo, pero él, ¿por qué aceptaba mis coqueteos y porque me besaba? ¿No se supone que me odia al igual que a mi hermano? ¿Qué lo impulso a hacerlo? Sería una venganza hacia mi hermano porque yo soy lo que más quiere en el mundo, ¿o por qué lo hizo?
Pero todo no quedo solo en besos, no, yo tenía que dejarme llevar por mis hormonas y cuando menos me di cuenta ya estaba en una habitación con él, despojándonos de todas nuestras ropas sobre una cama, y cuando ya estábamos completamente desnudos seguimos besándonos y acariciándonos todo el cuerpo, luego sentí un profundo dolor, era casi insoportable, fue ahí cuando me di cuenta que él había entrado en mí y me penetraba una y otra vez, sin ningún tacto, parecía muy excitado, yo en cambio sentí dolor, pero luego el dolor fue amenorando y también empecé a sentir oleadas de placer, un placer que nunca había sentido antes en toda mi vida. Estábamos muy excitados, descontrolados diría yo, y luego de pasar no sé cuánto tiempo haciéndolo quedamos agotados, él salió de mí, y después de lo único que me acuerdo es que me abrace a él y cerré mis ojos y me quedé profundamente dormida.
Cuando desperté a la mañana siguiente no me acordaba de nada y estaba muy confundida, y lo peor de todo era que tenía un terrible dolor de cabeza. Parpadeé y me di cuenta que estaba en la habitación donde siempre solía dormir cuando iba a casa de mi amiga, pero había algo que no encajaba, no sabía qué, pero era algo raro. Recordé que estaba en la fiesta, y que había bebido, intenté levantarme, pero me di cuenta que un brazo —que no era el mío— me lo impedía, y eso no era todo también me di cuenta de que estaba completamente desnuda; lentamente giré para ver quién era la persona que me abrazaba, me lleve una tremenda sorpresa… no lo podía creer era… ¡Malfoy! ¡Draco Malfoy!

2 meses después…

Empecé a tener malestares, tenía mareos, dolor de cabeza y muchas nauseas, sobre todo en las mañanas y apenas empezaba a desayunar mi estómago se revolvía e iba corriendo a vomitar, estaba fatal. Claro que procuraba que mi hermano no se diera cuenta de lo mal que me sentía si no se iba a preocupar mucho, y yo no quería darle más preocupaciones de las que ya de por si tenía.
Esos malestares cada vez eran peores, pero lo peor era que en dos meses no menstruaba, al comienzo creía que era el estrés de la escuela, por los TIMOS o porque por más que quería olvidarme lo que había pasado esa noche con Malfoy, no podía. Claro que después de esa noche yo trataba de encontrarme lo menos posible con él. Y como los malestares seguían, temí estar embarazada de Malfoy, porque después de esa noche no me había acostado con nadie más, lamentablemente él fue el primero y el último, hasta el momento de hoy. Precisamente con él tuve que perder la virginidad.
¡Ay, porque él tuvo que ser el primero!
Luego de lamentarme, decidí hacerme una prueba de embarazo, fui a la enfermería de la señora Pomfrey, y sustraje una poción para comprobar si estaba o no embarazada. Subí a mi habitación, la cual compartía con Ginny —la hermana menor de Ron Weasley, mejor amigo de mi hermano—. Me aseguré de que no estuviera Ginny, luego de eso tome la poción y espere unos minutos para que hiciera efecto; y si mi vientre se abultaba un poco, era que la prueba había dado positivo, y si mi vientre seguía igual de plano que siempre, la prueba sería negativo. Pasaron tres minutos y yo estaba con los nervios a flor de piel, cuando de pronto mi vientre se abulto… y al instante volvió a normalidad.
¡Por Merlín! no podía creer que estaba embarazada de Malfoy, lo único que hice fue llorar, llorar acostada en mi cama.
Como pudo pasarme esto a mí. Yo que siempre había sido muy responsable y cautelosa, pero no contaba con que me iba a descontrolar con unos cuantos tragos de más, ahora entiendo ese dicho muggle que dice: “Hormonas matan neuronas”. Estaba muy enojada, asustada y triste a la vez. Porque tuvo que aparecer esa noche precisamente el hurón oxigenado, y como le diría a mi hermano que estoy embarazada y no de cualquier otro chico, sino de su peor enemigo, de seguro se va a enfurecer. Como me pudo pasar esto a mí, yo, Nicole Lily Potter Evans. Saldré viva de esta situación o mi hermano me matara en el proceso o tal vez mate al hurón, bueno, eso me tiene sin cuidado.
¿Por qué diablos tuve que bebes tanto?, y seguía lamentándome. De tan solo acordarme de esa noche, besándolo y acariciándolo como si mi vida dependiera de eso. ¡Arg! ¡Qué rabia siento hacia mí misma!
De pronto escuchó que alguien entra a la habitación, por instinto hundí más la cabeza a la almohada, mojando las fundas con mis lágrimas.
—¿Nikki? Ginny y Hermione están muy preocupadas por ti, porqué dicen que no has querido bajar en toda la mañana —era mi hermano, se sentó en el borde de mi cama, yo levanté la cabeza lentamente, y Harry se me quedo mirando preocupado—. ¿Por qué estás así? ¿Por qué lloras, bonita? ¿Alguien te hizo algo?
—Oh, Harry —lo miré a los ojos—, sabes… sabes que te quiero mucho, ¿verdad? Que nos tenemos el uno al otro —desde hace un año que nos enteramos que éramos hermanos, y él siempre me protegía, y yo lo adoraba.
—Claro que lo sé, yo también te quiero mucho, eres mi hermanita —me quedo mirando—, pero no me digas que solo por eso estabas llorando —sonrió.
—No, Harry, yo… —y no pude seguir hablando—, yo… —respiré profundo, y se lo dije de una buena vez—. Yo… estoy embarazada.
—¡¿Qué?! —dijo, frunció el ceño y abrió la boca queriendo decirme algo, pero las palabras no le salían, intentaba digerir la noticia de que la ejemplar y dulce de su hermanita esté embarazada. Note como empezó haciendo cuentas o tratando de recordar si yo le había presentado a algún novio o hubiera estado saliendo con alguien. Luego sus ojos verdes se clavaron en mi vientre, ¡Merlín! Que decepcionado se debe estar sintiendo de mí. Varios minutos después, volvió a hablar, pero enojado—. ¿De quién es…?




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